La Cámara de Diputados bonaerense aprobó por amplia mayoría la suspensión de las PASO en la provincia, en línea con el proyecto impulsado por Axel Kicillof. Sin embargo, el oficialismo no logró consenso para modificar el cronograma electoral, un punto clave para evitar el colapso organizativo de los comicios del 7 de septiembre.

La ley fue votada con apoyo de Unión por la Patria y parte de la oposición. Pero se evitó tratar los plazos de cierre de alianzas, presentación de listas y boletas, que hoy están fijados en fechas extremadamente ajustadas: cierre de listas el 8 de agosto y presentación de boletas el 18, a menos de tres semanas de las elecciones.

Tanto el Gobierno como la Junta Electoral bonaerense —que encabeza Hilda Kogan— advierten que el esquema vigente es inviable. Ya hubo dos notas formales de la Junta a la Legislatura, y este lunes se realizó una cumbre con legisladores para reclamar soluciones. Pero el kirchnerismo, la UCR y el PRO se ausentaron, profundizando el estancamiento.

Kicillof propone extender los plazos: convocar las elecciones con 100 días de antelación (hoy son 60), reconocer alianzas 80 días antes (en lugar de 60), presentar listas con 70 días (en vez de 30) y boletas con 50 días (hoy son 20). La Junta plantea una reforma más moderada, pero igualmente necesaria. Nada avanza por las internas dentro del peronismo y el juego especulativo de otros partidos.

Este martes se espera otra reunión en la Comisión de Reforma Política, con Kogan, la vicegobernadora Verónica Magario y el presidente de Diputados, Alexis Guerrera. Sin embargo, la incertidumbre persiste. Algunos sectores, como la UCR y el kirchnerismo duro, prefieren mantener los plazos actuales para beneficiarse en la negociación de candidaturas, aprovechando la cercanía entre el cierre de listas provincial (8 de agosto) y el nacional (17 de agosto).

A menos de cinco meses de las elecciones, más de 13 millones de bonaerenses siguen sin certezas. Se suspendieron las PASO, pero el cronograma sigue siendo una bomba de tiempo.